Tras recibir la invitación a participar a este foro VIMAR, me pregunté sobre los temas que pudiera compartir y, de todos ellos, cuáles disponía de abundante información.
El resultado fue claro y la ictiofauna mediterránea ganó. Sin embargo, eso solamente respondía a un título genérico que abarcaba una serie de disciplinas que podrían entrar en conflicto con algún otro colaborador y, desde mi cómoda posición de jubilado me dije que mi propósito sería suscitar y hacer reflexionar sobre ellos. Siempre lo he hecho así con la inmensa mayoría de jóvenes y con todos con los que he departido a lo largo de mi trayectoria profesional. Nunca traté de imponer mi opinión.
En efecto, una mirada crítica sobre el conocimiento de la ictiofauna que visita, coloniza y habita el Mediterráneo muestra que conlleva importantes imprecisiones e incertidumbres, tanto a nivel taxonómico, ecológico, biogeográfico y, por extensión, en el estado de sus poblaciones y, particularmente sobre el modo de obtener la información con la que luego tratamos de dar a conocer nuestras conclusiones.
Disciplinas que, a su vez, ponen en evidencia otras carencias relacionadas con conceptos que, unidos a la imagen dada del Mediterráneo, como la de un reducido mar interior, oligotrófico (Fig. 1), surcado por un intenso tráfico marítimo y rodeado de urbes que contaminan sus aguas, lo sitúan en un constante estado de emergencia. Es, en este contexto que resulta casi natural la proliferación de manifestaciones sobre su degradación, el exceso de capturas comerciales y la llamada de alerta general contra la pérdida de biodiversidad.
Fig. 1. Fracción del Mediterràneo occidental que contradice el sempiterno mantra de ser oligotrófico. Serie histórica de 7 años mostrando la variabilidad interanual de la clorofila superficial. Las concentraciones más altas no se restringen solamente a las áreas costeras de las desembocaduras de los ríos, sino que también se extienden por las aguas abiertas. Composición mensual correspondiente al mes de marzo, generada a partir de datos SeaWiFS. [Ref.: Morales-Blake, 2006].
Esto es tanto así que, dichas manifestaciones, vienen acompañadas de una serie de acciones, encaminadas a su protección sea donde sea y, tal vez, sólo tal vez, por azar probabilístico, en algún lugar de ese mar, se producirá un acontecimiento relacionado con esas llamadas de atención – casi siempre diferidas a largo plazo – pero que su causalidad, probablemente, se deberá a otro origen o a un conjunto de causas y efectos de difícil explicación.
A todo esto, cabe evidenciar que gran parte de esas apreciaciones vienen fundamentadas en muestreos de carácter puntual, adornados con una capa de aleatoriedad que pretende darle una apariencia de verosimilitud. También por la dudosa información originada en las lonjas locales de pescado y en datos procedentes de organizaciones internacionales que, a su vez, los han recopilado a partir de las increíbles estadísticas, suministradas por los países ribereños. No quedan exentos de esa hiperactividad catastrofista, los investigadores emotivos, las organizaciones conservacionistas de buena voluntad y los expertos en la aplicación de inciertos modelos generalistas que sólo emiten sofismas y producen ruido. Todos aportan materiales de construcción para que augures y hierofantes encuentren cobijo en las sociedades convenientemente sensibilizadas.
…conseguir la información necesaria, para alcanzar un aceptable nivel de resultados, no siempre es posible…
Asimismo, es preciso destacar que conseguir la información necesaria, para alcanzar un aceptable nivel de resultados, no siempre es posible. En particular, cuando se trata de obtenerlos de un medio hostil como es el marino, donde los imponderables se suceden y la capacidad técnica y científica del personal implicado, el mal estado del tiempo, los equipos utilizados, la financiación conseguida y la duración de un proyecto suelen condicionar, en gran parte, la consecución de los objetivos previstos.
Es por ello que, a pesar de las dificultades, la atención se debe centrar, no sólo en la metodología a emplear, sino también en la procedencia y bondad de los datos, sin depender, exclusivamente, que éstos sean validados por algún método estadístico que indique su grado de dispersión. De otra manera ocurre que, en una suerte de metonimia, lo que debería considerarse como una herramienta, adquiere tal relevancia que se convierte en el eje principal del estudio, alrededor del cual giran consideraciones más relacionadas con las suposiciones y la estadística que con la biología.
Igualmente, debe cuestionarse la interpretación de muchos de los índices que se han aplicado para intentar medir lo difícilmente medible. En demasiadas ocasiones los resultados obtenidos, no pueden compararse entre sí porque, como se verá más adelante, la información utilizada se procesa según modas y metodologías diversas, que no han sido verificadas convenientemente, con lo cual se consigue que un estudio sea técnicamente correcto, pero inútil en la práctica.
Otro aspecto que suele soslayarse, es el factor temporal que, aun no siendo determinante en algunos casos, es fundamental para la observación de tendencias. Sin este factor, es imposible alcanzar un nivel creíble de verosimilitud en cualquier prognosis.
Mientras tanto, expresiones como riqueza específica, diversidad biológica, diversidad ecológica o el mismo término biodiversidad, cuyos conceptos deberían ser fundamentales en ecología y en el discurso conservacionista, derivan hacia un tratamiento confuso e indiferenciado, produciendo resultados y conclusiones que generan desasosiego e incertidumbre, a la vez que, amplificados por el entorno mediático, en busca de atrayentes titulares, claman contra una pérdida que se desconoce, sin apercibirse que las sinergias generadas difunden el falso mensaje subliminal de inmutabilidad natural, sólo perturbada por la actividad humana, pero sin aportar ni una sombra sobre la ganancia de especies y aspectos relacionados con la resiliencia o las sucesiones ecológicas.
Finalmente, sólo resta decir que, en todo momento mi propósito ha sido huir de cualquier dogmatismo, intentando vislumbrar qué hay tras la información que nos llega, aportando soluciones consideradas de utilidad práctica, a la vez, que se proponen otras formas más sencillas de visualizar lo que es complejo, mediante una imagen de la ictiofauna registrada en el Mediterráneo, con aproximaciones fiables, susceptibles de ser verificadas.
REFERENCIAS
- Morales-Blake. A.R. (2006). Estudio multitemporal de la clorofila superficial en el mar Mediterráneo Nor-Occidental, evaluada a partir de datos SeaWiFS: Septiembre de 1997 a Agosto de 2004. Tesis doctoral. Univ. Politécnica de Barcelona.
Citar este artículo como:
Lloris, D. (2019) "Mirada crítica," en VIMAR-Vida Marina, publicado el 07/01/2019, accedido el 29/11/2023 en (https://vidamarina.info/?p=559).