Sabemos de las consecuencias fatales de las olas de calor en tierra, pero es mucho menos conocido que los océanos también las sufren. Un nuevo estudio, publicado recientemente por Smale et al. (2019), ha establecido que la frecuencia con la que ocurren estas olas de calor en los océanos está aumentando, comparando los datos obtenidos hoy en día con los obtenidos a lo largo del siglo pasado.

Anomalía de temperaturas en Europa, 21 de julio de 2018. NASA-JPL-PO.DAAC
El mencionado estudio analiza el impacto de las olas de calor en la biodiversidad de los océanos, desde los arrecifes de coral hasta los bosques de kelp o las praderas de fanerógamas y concluye que los datos obtenidos apuntan a que estas olas de calor están destruyendo la base de muchos de éstos ecosistemas oceánicos.
Se considera que se da una ola de calor cuando la temperatura del agua de mar es mucho más alta de lo normal durante, al menos, cinco días consecutivos.
Los científicos estiman que los océanos han absorbido más del 90 por ciento del exceso de calor generado por gran cantidad de gases de efecto invernadero emitidos desde mediados del siglo XX. Estos gases son un subproducto de la civilización, ya que provienen de la quema de combustibles fósiles como el carbón o el petróleo, utilizados para la producción de energía. Este exceso de calor aumenta no solo la temperatura media del océano, sino también la frecuencia y duración de las olas de calor del propio mar.
Un estudio anterior, Oliver et al. (2018) demostró que, entre los años 1925 y 2016 las olas de calor en el océano se hicieron un 34 por ciento más frecuentes y tuvieron una duración un 17 por ciento superior. A nivel global hubo un 54% más días al año declarados como ola de calor, debido a la persistencia de las altas temperaturas del agua de mar. Los años con aumentos de temperatura mayores coincidieron con el tristemente famoso fenómeno de “El Niño”, caracterizado por incrementos anormales de la temperatura del mar en el Océano Pacífico. De hecho, uno de los autores del estudio afirmaba que las oscilaciones de temperatura debidos a “El Niño” presentaban cada vez valores más extremos a causa del Cambio Climático, pero no debemos olvidar que pueden darse olas de calor marinas a nivel regional, incluso sin la participación de “El Niño”.
A medida que las olas de calor del océano proliferan, aumentan también los problemas para la gente que vive de la pesca o de la acuicultura. Es sabido que una gran parte de la población mundial vive actualmente en o cerca de la costa, por lo que la producción de alimentos procedentes del mar se enfrentarán a problemas inéditos en los próximos años.
En el estudio recién publicado, Smale y sus colaboradores identificaron multitud de zonas con fauna y flora especialmente vulnerable en los océanos Pacífico, Atlántico e Índico. Estas zonas destacan por su gran biodiversidad y contienen algunas plantas y animales que ya viven en el límite máximo de su tolerancia térmica y que, además, se ven afectadas por otros factores de origen antrópico, como la contaminación o la sobrepesca. Ni siquiera las aves marinas escapan de los efectos del aumento de la temperatura de las aguas, pues sus fuentes de alimento desaparecen o se desplazan a zonas donde mejoren sus condiciones de vida.
Pero el mayor hallazgo de este estudio se refiere a la desaparición de lo que los biólogos llaman “especies fundamentales”, como los arrecifes de coral, las praderas de fanerógamas y los bosques de algas. Estos hábitats soportan ecosistemas enteros, pues proporcionan refugio contra los depredadores y actúan como fuentes de alimento, pero también moderan las temperaturas y los efectos de los temporales en la costa. Cuando estas especies fundamentales desaparecen, todo el ecosistema desaparece junto con ellas.
El cambio climático puede ser un proceso lento y gradual pero cuando, en este contexto, ocurren episodios de calentamiento extremo, éstos pueden tener consecuencias dramáticas, y lo peor es que parece que cada vez son más habituales. En algunos casos es muy posible que los ecosistemas no puedan recuperarse de esos episodios, así que los efectos del cambio climático podrían manifestarse mucho antes de lo que nos esperamos.
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Referencia citadas
- Smale, Wernberg, Oliver, Thomsen, Harvey, Straub, Burrows, Alexander, Benthuysen, Donat, Feng, Hobday, Holbrook, Perkins-Kirkpatrick, Scannell, Sen Gupta, Payne & Moore (2019) Marine heatwaves threaten global biodiversity and the provision of ecosystem services. Nature Climate Change (March 2019). https://doi.org/10.1038/s41558-019-0412-1
- Oliver, Donat, Burrows, Moore, Smale, Alexander, Benthuysen, Feng, Sen Gupta, Hobday, Holbrook, Perkins-Kirkpatrick, Scannell, Straub & Wernberg (2018) Longer and more frequent marine heatwaves over the past century. Nature Communications volume 9, Article number: 1324 https://doi.org/10.1038/s41467-018-03732-9